Con la llegada de iOS 26, muchos usuarios han notado que sus iPhones se calientan más de lo normal y que la batería se agota más rápido. Apple acaba de publicar un documento oficial explicando por qué ocurre esto, y la respuesta es más técnica que alarmante.
Según la compañía, tras instalar una actualización importante, como la versión 26.0, el sistema realiza tareas en segundo plano que consumen recursos: indexa archivos, actualiza apps, descarga nuevos elementos y reorganiza datos para mejorar la búsqueda. Todo esto puede provocar un descenso temporal en el rendimiento y la autonomía del dispositivo.
Pero Apple también advierte que algunos de los nuevos cambios podrían tener un impacto más duradero, especialmente si el usuario hace uso intensivo de funciones que requieren más potencia. En otras palabras: si exprimes al máximo las novedades, es posible que notes que la batería no rinde igual que antes.
La buena noticia es que, para la mayoría, estos efectos son pasajeros. En unos días, el sistema se estabiliza y el rendimiento vuelve a la normalidad. Y aunque esto no es nuevo —ha pasado con actualizaciones anteriores—, Apple finalmente lo reconoce de forma oficial.