Alex Hernandez, conocido por sus papeles como Lincoln Clay en Mafia 3 y Jacob Diaz en MindsEye, por un momento pensó que nunca volvería a trabajar en videojuegos. Tras protagonizar dos títulos que fueron duramente criticados, el actor se preguntó si tenía “el toque marrón”, una especie de maldición que convertía cada proyecto en desastre.
En el podcast de FRVR, Hernandez habló sobre el impacto emocional de recibir insultos tras el lanzamiento de MindsEye, un juego que apenas alcanzó 28 puntos en Metacritic para PS5. “La gente decía cosas que jamás dirían en persona. Me llamaban idiota, decían que todos los que trabajamos en el juego merecíamos morir. Fue brutal”, confesó.
Aunque reconoce que los jugadores tienen derecho a opinar, “pagaron su dinero, tienen su voz”, el actor admite que durante dos días se sintió hundido. “Pensé que mi rostro quedaría ligado para siempre a algo que muchos consideran basura. Y eso, como artista y como hombre, duele”.
A pesar de todo, Hernandez decidió transformar el golpe en aprendizaje. Con el apoyo de su esposa y una reflexión profunda sobre el valor del fracaso, encontró consuelo en saber que su trabajo fue apreciado por algunos: “Muchos me dijeron ‘el juego es malo, pero tú estuviste genial’. Y eso me ayudó a entender que hice mi parte”.
Hoy, aunque bromea con la idea de tener “el toque maldito”, también celebra el hecho de haber cumplido su sueño: “Tengo dos cajas en mi casa con mi cara en ellas. Fui ese niño de 13 años que soñaba con estar en un videojuego… y lo logré”.
Porque al final, más allá de las reseñas, el orgullo de haberlo intentado y cumplir un sueño vale más.