Activision está llevando su lucha contra los tramposos a otro nivel con Call of Duty: Black Ops 7.
Según un comunicado oficial, más de 55,000 jugadores fueron “interrumpidos” solo en agosto mediante nuevas herramientas anti-cheat, que incluyen tácticas como hacer desaparecer sus armas en plena partida o hacer explotar sus vehículos sin previo aviso. Y lo mejor: muchos se delatan solos en redes sociales, preguntando por qué les pasa.
Estas medidas forman parte del sistema RICOCHET, que se está probando durante la beta de Black Ops 7, pero que se activará por completo en el lanzamiento del juego el 14 de noviembre. Activision aclara que no todos los tramposos reciben mitigaciones en tiempo real; la mayoría son detectados y expulsados directamente. Pero los que sí, viven un infierno digital antes de ser borrados del mapa.
Además del castigo en vivo, el sistema recopila datos para aplicar baneos permanentes. Y aunque algunos jugadores se quejan de falsos positivos, Activision asegura que la precisión ha mejorado drásticamente.
Esta es otra promesa que lleva haciendo Activision desde hace tiempo y no ha podido conseguir. Ahora, con la competencia directa con Battlefield 6, puede ser que esta vez si hagan más esfuerzo en mejorar y acabar con los tramposos.