Yasuke si existió y fue un samurái según historiador japones

En medio de la controversia sobre la representación de Yasuke en Assassin’s Creed Shadows, el historiador japonés Yu Hirayama ha intervenido para aclarar la figura histórica real. Hirayama confirma que Yasuke, el samurái negro que sirvió a Oda Nobunaga entre 1581 y 1582, sí existió y que, aunque de bajo rango, fue reconocido como samurái.

A pesar de la escasa documentación sobre Yasuke, Hirayama señala que existen registros que indican que Nobunaga le proporcionó “fuchi” (apoyo logístico), una mansión y un “tachi” (espada larga). Estos elementos, junto con el hecho de que se le permitió llevar dos espadas, son pruebas suficientes para afirmar que Yasuke fue considerado un samurái bajo el mando de Nobunaga.

Hirayama también explica que, si bien Yasuke pudo haber sido esclavo en el pasado, al ser liberado por Nobunaga y recibir el estatus de samurái, no habría sido considerado como tal por los Akechi, quienes lo vieron como alguien de menor estatus social. Esto podría explicar por qué no fue ejecutado junto a Nobunaga en el incidente de Honnoji, sino que fue enviado de regreso con los misioneros jesuitas.

La historia de Yasuke en Assassin’s Creed Shadows, aunque ficticia, ha reavivado el interés por este personaje histórico y ha generado un debate sobre su representación y legado. La intervención de Hirayama aporta luz sobre la figura real de Yasuke y ayuda a contextualizar su historia en el marco de la sociedad japonesa de la época.

Sin embargo, cabe destacar que la historia del videojuego probablemente no se reescribirá para reflejar con total precisión la vida de Yasuke. La narrativa del juego tiene sus propias necesidades y licencias creativas, por lo que es importante diferenciar entre la representación ficticia y la realidad histórica.

A pesar de esto, la controversia ha servido para poner de relieve la importancia de la representación adecuada de las minorías en los medios de entretenimiento.

En definitiva, la figura de Yasuke sigue siendo un enigma en muchos aspectos, pero la intervención de Yu Hirayama ha contribuido a comprender mejor su historia y su lugar en la sociedad japonesa del siglo XVI.