El género del Roguelike ha tenido una proliferación muy marcada en estos últimos años. Con exponentes de tanto éxito como Hades 1 & 2, Dead Cells, Balatro, entre otros, es difícil encontrar una propuesta que enganche. Por eso, Towa and the Guardians of the Sacred Tree es el juego del género del desarrollador Brownies y Bandai Namco que quiere dejar su huella.
Aquellos guardianes de los dioses
Towa and the Guardians of the Sacred Tree, trata la historia de Towa, una sacerdotisa que vive en en una remota aldea al servicio de la deidad Shinju, quien debe guiar a ocho guardianes para combatir a Magatsu, un dios de la corrupción que busca sumir el mundo en el caos. Magatsu ha esparcido una especie de miasma que corrompe todo lo que toca por medio de sus secuaces, los Magaori.
El objetivo de Towa es forjar vínculos con los guardianes para detener los planes de Magatsu. Towa tiene el poder de retroceder el tiempo cada vez que uno de los guardianes caía en batalla, sin embargo, cada vez que lo hacía, se creaba un flujo alternativo que trae sus consecuencias. A todas luces, la trama resulta encantadora y cada personaje entre jugables y NPC, tiene su identidad propia que hace que entablemos afecto por cada uno. La trama se construye a medida que avanzamos en la aventura y conversamos con cada personaje.
Danza de las espadas
El objetivo del juego es como cualquier otro Roguelike, debemos hacer incursiones en varios lugares para limpiarlos de los Magaori. Una vez acabamos con una sección, por así decirlo, debemos elegir una entre varias cartas llamadas Gracias que sirven para ir mejorando nuestros personajes, o minerales que sirven para forjar nuevas armas. Al final de cada sección, debemos enfrentarnos a un minijefe y jefe de nivel de nivel que representa a un Magaori, y nos pondrán las cosas difíciles.
La diferencia aquí es que debemos elegir a dos de los 8 guardianes, y cada uno cubrirá un rol: Tsurugi (ataque) y Kagura (apoyo). Por lo general, manejamos al Tsurugi quien utiliza dos espadas para atacar: Honzashi y Wakizashi, ambas tienen una barra que se agota con el uso y se recarga cuando cambiamos. Mientras que el Kagura hace uso de hechizos que pueden variar entre apoyo y ataque. Hay que tomar en cuenta que la salud, aunque individual, ambos la comparten.
Además, cada héroe tiene su propio set de movimientos, y al combinarlos presentan sinergias interesantes. El juego nos obliga a cambiar entre héroes, para que así los probemos todos. Pero más que una cuestión de gameplay, es una cuestión narrativa. También, es posible ir adquiriendo mejoras y nuevos poderes a medida que avanzamos, lo que da un toque estratégico a la fórmula.
Entre incursión e incursión, manejamos a Towa en la aldea. Podemos visitar los diferentes aldeanos que siempre tienen algo que decir y ofrecer, como el herrero donde podemos forjar nuevas espadas y el dojo, donde ponemos a punto nuestros personajes. Otras actividades incluyen pesca, construcción de nuevas edificaciones compra de comida, etc. Esto da un toque diferente a lo que suelen ser los Roguelike. En cuanto al herrero, este tiene una mecánica de forja de espadas bastante elaborada, en la que podemos crear nuestras espadas con los minerales recogidos. Sin embargo, la mecánica es poco intuitiva y costará cogerle el truco.
Acuarela interactiva
El juego es visualmente hermoso, cuenta con personajes modelados en Cel-Shading y escenarios dibujados en acuarela, dando un resultado muy vistoso que recuerda a pinturas japonesas. Aunque en algunas zonas están muy sobresaturadas, lo que impide ver que pasa, y más cuando la cámara se aleja. Técnicamente el juego mantiene el tipo, con unos frames estables, en su mayoría.
La música es una mezcla entre temas tradicionales japoneses y otros que recuerdan a Tim Burton. Está compuesta por Hitoshi Sakimoto quien ha trabajado con Vanillaware. Viene con voces en inglés y japonés, y textos en español. Los trabajos de los actores son muy buenos y representan muy bien la personalidad de cada uno.
Veredicto
Como conclusión, Towa and the Guardians of the Sacred Tree es una interesante propuesta con un giro único y diferente dentro del género Roguelike. Lo que más llama la atención no es solo por su jugabilidad estratégica, sino también por su enfoque narrativo y la construcción de vínculos con los 8 personajes jugables y NPCs. La inclusión de mecánicas como la gestión en la aldea y la posibilidad de retroceder en el tiempo lo desmarcan de otros exponentes del género, dando un equilibrio entre acción y narrativa. Si bien cuenta con algunos apartados mejorables, como la complejo y poco intuitivo sistema de forja y ciertos problemas visuales que afectan la claridad en pantalla. Además, el juego tiene un genial apartado artístico, una buena dirección musical y la profundidad en la construcción de sus héroes.
Nota: Este review fue realizado en PS5 y el código fue gracias a Bandai Namco.