Shuji Utsumi, el actual CEO de Sega, ofreció una perspectiva reveladora sobre la visión que prevalecía hace años en la industria del cine. Utsumi recordó vívidamente cómo, al inicio de su carrera en los videojuegos, en los años 90 se encontró con una barrera inquebrantable por parte de las productoras. Cuando propuso una película de Crash Bandicoot, su idea fue desestimada con una condescendencia notable.
«Cuando empecé a involucrarme en el negocio de los videojuegos, tomé a Crash Bandicoot y empecé a preguntar a algunos estudios de cine si estaban interesados en convertir esa propiedad en una película. Pero me trataron como si dijeran: ‘oye, los videojuegos son como un negocio de juguetes’. Realmente no se lo tomaron en serio«, relató Utsumi a The Game Business.
La ironía de esa anécdota resuena con fuerza en el panorama actual. Las películas de Sonic the Hedgehog han sido un éxito rotundo, tanto para Sega como para Paramount, superando la impresionante cifra de mil millones de dólares en recaudación de taquilla.
Este triunfo no solo reivindica el potencial narrativo y comercial de los videojuegos, sino que también subraya el cambio dramático en la percepción de Hollywood, que pasó de considerar los juegos meros «juguetes» a verlos como valiosas propiedades intelectuales capaces de generar franquicias multimillonarias en la pantalla grande.
Es evidente que, en este aspecto, los gamers han tenido la última palabra.