La última ola de recortes en Microsoft Gaming ha impactado directamente a varios estudios desarrolladores de la franquicia Call of Duty. Según fuentes cercanas al asunto, Raven Software, Sledgehammer Games y High Moon Studios han sufrido despidos, aunque aún se desconocen las cifras exactas y las áreas específicas afectadas.
Raven Software, actualmente colaborando con Treyarch en Call of Duty: Black Ops 7, y Sledgehammer Games, que ya había comenzado a trabajar en futuras entregas de la saga, se encuentran entre los equipos más golpeados. High Moon Studios, dedicado al soporte de Warzone y otros proyectos premium de Call of Duty, también ha sido alcanzado por esta medida.
Hasta el momento, Microsoft no ha emitido ningún comunicado oficial sobre estos despidos, cancelaciones de proyectos o posibles cierres de estudios. La falta de transparencia ha generado incertidumbre entre los empleados y la comunidad de jugadores, especialmente cuando estos estudios son pilares fundamentales para el futuro de la franquicia.
Estos recortes se suman a la reestructuración masiva que Xbox está implementando en los últimos meses, la cual resultó en la cancelación de proyectos como Everwild de Rare y Project Blackbird de ZeniMax. Mientras la industria espera una respuesta oficial, el impacto en el desarrollo de los próximos títulos de Call of Duty sigue siendo una incógnita.
La situación refleja una tendencia preocupante en la industria de los videojuegos, donde incluso franquicias exitosas no están exentas de los ajustes corporativos. Con estudios clave en modo de incertidumbre, el futuro de Call of Duty podría verse afectado en un momento crucial para la marca.