En abril del año pasado, tuve la oportunidad de probar Synduality: Echo of Ada de Game Studio y Bandai Namco como editor. Si bien en ese entonces me pareció que necesitaba pulido, el juego ha mejorado su propuesta y apartado técnico, aunque todavía tiene margen de mejora.
Cuando el mundo cambia sin avisar
Synduality: Echo of Ada está basado en el anime Synduality: Noir, con ciertas diferencias que apenas tienen que ver con esa producción. Trata sobre que la Tierra ha sufrido un cambio climático en el que una lluvia tóxica hizo que los humanos se refugien en ciudades subterráneas. Bajo estas circunstancias, los humanos prosperan como pueden y realizan incursiones a la superficie a través de mechas llamados Cradlecoffins junto con compañeros IA llamados Magus para recuperar los Cristales AO.
El juego basa su premisa mayormente en su jugabilidad y de trama, hay más bien poco y los pocos retazos que recibimos son de algunas misiones principales. Pero en todo lo que estuve jugando, no vi interacciones entre personajes más allá de nuestro compañero Magus. Por medio de información ofrecida a través de pantallas de carga (que apenas da tiempo a leer), es que sabemos algo de este mundo y las facciones que lo rodean. También, algunas misiones nos ponen a recuperar Reliquias que esconden una historia detrás.
Incursiona, recolecta, vuelve, repite
Como ya expliqué, la jugabilidad de Synduality: Echo of Ada es un shooter de extracción PvPvE en el que seremos un Drifter que tiene la misión de incursionar en el mundo exterior y recuperar cristales AO y otros materiales útiles. A medida que avanzamos y cumplimos misiones, iremos subiendo de rango y adquiriendo recursos que sirven para mejorar nuestro mecha, ya sea con nuevas armas o nuevas piezas de movilidad. Los cristales se traducen en dinero y los materiales nos servirán para crear, mejorar y construir bases que serán muy útiles dentro del juego.
Contamos con varios mapas de una extensión considerable, los cuales son los que tienen esparcidos por sus diferentes zonas tanto los materiales como los cristales. Las misiones van desde recolectar cierta cantidad de cristales, materiales o consumibles y estas tienen un tiempo determinado para cumplirlas y volver al ascensor que nos llevará a nuestro hogar. Contamos con una carga de peso determinado y debemos gestionar muy bien que llevar antes y durante las misiones. Esto se sintió muy limitado, sobre todo en las primeras horas de juego, incluso la munición que es lo que más necesitamos, tiene un peso bastante considerable.
En cada mapa habrá, ya sea enemigos en forma de monstruos llamados Exterminadores u otros Drifters renegados que atacan nada más vernos. El combate resulta satisfactorio en el mejor de los casos, pero en el peor, la falta de munición, supondrá un problema constante. La variedad de enemigos no es muy grande, y casi siempre estaremos eliminando a los Exterminadores en forma de perro o a los que parecen estrellas de mar, al menos en el primer mapa disponible. Otro detalle es la lluvia tóxica, que cada cierto tiempo nos azotará y reducirá la barra de resistencia climática de nuestro Cradlecoffin a menos que busquemos refugio. El problema es que en una misma partida puede llover hasta cuatro veces y con una duración variable, pero que igual nos hace perder tiempo, además que a veces costará encontrar un refugio en medio de una refriega.
Hasta un total de 12 jugadores podrán incursionar en un mapa y colaborar explorando, recolectando y defendiéndose de los peligros de la superficie. También, un jugador puede convertirse en un renegado si ataca a otros jugadores y se pondrá una recompensa en nuestras cabezas además de ser expulsados de la federación. Ser expulsado implica no recibir misiones y ser cazados por otros drifters.
Los Magus resultan bastantes útiles y estos tienen cuatro clases predefinidas: especializados en sanación, ataque, defensa y detección de recursos. Cada Magus tiene una habilidad especial dependiendo su especialización, en mi caso, mi Magus tiene un ataque de ráfagas que busca a los enemigos. También, podemos personalizar la apariencia de nuestro magus o incluso, cambiar su clase.
La jugabilidad en general, mejoró bastante respecto a la beta. Explorar, recolectar, combatir nos mantendrá entretenidos, aunque tiene margen de mejoras. Por ejemplo, nuestros mechas cuentan con dos ranuras para armas, y estas a su vez, con dos tipos: uso de munición balística y de energía. La variedad de armas no es muy grande y casi siempre estaremos utilizando los mismos tipos frente a otros. Otro punto es que si morimos, perdemos todo, incluso nuestro mecha y tendremos que armar otro básico, aunque las piezas iniciales son gratis, las que hayamos comprado no se conservan y habrá que comprarlas de nuevo.
Lo anterior, repercute en el sistema de progresión, haciendo que iniciar cada vez que nos eliminen sea muy cuesta arriba. Existe una opción de asegurar algún objeto que no queramos perder si morimos, pero tiene un precio, como es obvio, elevado. Eso y la personalización de nuestro Cradlecoffin, es limitada, ya que no podremos personalizar las piezas, más allá del diseño base que tienen. De hecho, los Magus, son más personalizables que los mechas.
Un mundo hermoso y tóxico
El apartado gráfico mejoró respecto a la beta, ahora ya no se encuentran los bugs de objetos flotantes en el mapa y corre mucho mejor sin tirones de frames ni ralentizaciones. Aunque, el cielo parece muy artificial, el resto de texturas cumplen su función. Sin embargo, varias zonas de los mapas se antojan muy desiertas y en ocasiones repetitivas, ofreciendo poca variedad de biomas.
La banda sonora cumple su función ambientando los distintos momentos que vivimos en el juego. Cuenta con piezas para la acción, momentos de calma y de tensión, aunque vuelve a pecar de poco variado en este apartado. Los efectos sonoros están bien implementados y viene con doblaje al japonés y ahora se incluyó el inglés con subtítulos en español.
Veredicto
Synduality: Echo of Ada es un título con un concepto interesante que combina elementos de shooter de extracción PvPvE con mecánicas de gestión y personalización de mechas. A pesar de las mejoras respecto a su versión beta, el juego sigue adoleciendo de limitaciones en varios aspectos clave, como la variedad de enemigos, armas y opciones de personalización. Si bien el combate puede ser satisfactorio y las incursiones mantienen un nivel de entretenimiento aceptable, la falta de profundidad en su narrativa, sumada a una curva de progresión exigente, puede resultar frustrante para algunos jugadores. Además, ciertos elementos como la lluvia tóxica y la poca diversidad en los biomas limitan la inmersión en su mundo postapocalíptico. En términos técnicos, el juego ha demostrado avances significativos en optimización y estabilidad, eliminando errores presentes en su etapa inicial, aunque todavía presenta áreas donde podría pulirse más. La banda sonora y los efectos sonoros cumplen su función, pero carecen de variedad, lo que puede volverse monótono en sesiones prolongadas.
Nota: Este review fue realizado en PS5 y el código para revisión fue otorgado gracias a Bandai Namco.