Apenas dos meses y medio después de su lanzamiento, Suicide Squad: Kill the Justice League parece estar en sus últimas horas. El ambicioso proyecto de Rocksteady, concebido para ser un juego como servicio con una vida útil de 10 años, se enfrenta a un futuro incierto tras tocar fondo en las plataformas digitales.
Los datos de Steam son demoledores: el 25 de abril, solo 180 jugadores simultáneos al momento de escribir este artículo se registraban en la plataforma. Si bien la pérdida de usuarios tras el lanzamiento es habitual, la caída estrepitosa de Suicide Squad: Kill the Justice League supera con creces las expectativas negativas.
El juego, con un presupuesto de 100 millones de dólares y diseñado para mantener a los jugadores enganchados durante años a través de actualizaciones constantes y sistemas de monetización, ha fallado rotundamente en este objetivo. La primera gran actualización, implementada para reavivar el interés, no ha surtido efecto.
Las cifras son incluso peores que las de Marvel’s Avengers, otro juego como servicio que ha sido criticado por su declive. En algunos momentos, Marvel’s Avengers, que ya no recibe soporte oficial, ha tenido más jugadores simultáneos que Suicide Squad: Kill the Justice League.
La decepción entre los fans es profunda. No solo han perdido la esperanza de un título a la altura de la propiedad intelectual de Suicide Squad, sino que también se han visto privados de un nuevo juego de Rocksteady, estudio aclamado por su trabajo en la saga Batman: Arkham.
A pesar de las cifras desalentadoras, los desarrolladores aún hablan de nuevo contenido futuro. Sin embargo, la comunidad se muestra escéptica. La confianza en el proyecto se ha quebrado, y la sombra del fracaso se cierne sobre Suicide Squad: Kill the Justice League.
