El famoso streamer y exjugador profesional de CS: GO, Shroud, ha generado una gran controversia al afirmar que competir en esports es más desafiante que jugar baloncesto profesional. Sus argumentos se centran en la importancia de la genética en el baloncesto y la naturaleza cambiante de los videojuegos.
Según Shroud, para ser un jugador de baloncesto profesional, es necesario tener una predisposición genética específica. La altura, la fuerza y otras características físicas juegan un papel fundamental en el éxito en este deporte. En cambio, en los esports, la constitución física no es un factor determinante. Cualquier persona, independientemente de su tamaño o complexión, puede competir en igualdad de condiciones.
Otro punto que destaca Shroud es la constante evolución de los videojuegos. A diferencia del baloncesto, donde las reglas y estrategias se mantienen relativamente estables durante décadas, los videojuegos experimentan cambios constantes en sus mecánicas, personajes y «metas». Los jugadores de esports deben adaptarse continuamente a estas modificaciones, lo que requiere un alto nivel de flexibilidad y capacidad de aprendizaje.
Si bien la afirmación de Shroud ha generado debate, es innegable que la genética juega un papel importante en el baloncesto profesional. La altura promedio de los jugadores de la NBA supera significativamente la de la población general, lo que sugiere que existe una ventaja física inherente. Sin embargo, también es cierto que los esports requieren habilidades y aptitudes diferentes, como la coordinación mano-ojo, la velocidad de reacción y la capacidad de adaptación.
La comparación entre esports y baloncesto profesional es compleja y no tiene una respuesta definitiva. Ambos campos requieren un alto nivel de dedicación, esfuerzo y talento. Mientras que el baloncesto se basa en gran medida en atributos físicos, los esports se centran en habilidades cognitivas y adaptabilidad. La afirmación de Shroud ha abierto un debate interesante sobre la naturaleza de la competición y el papel de la genética en el deporte y los videojuegos.