A pesar de ser ampliamente elogiado por su representación LGBTQ, Square Enix al parecer no quería que ese fuera el foco de Life is Strange.
Aunque estoy seguro de que a muchos jugadores les gusta Life is Strange por su enfoque en las decisiones basadas en la elección que pueden afectar a la historia y la premisa similar a Chronicle de adolescentes que obtienen poderes misteriosos.
Aunque Max, Sean y Alex tienen la opción de tener parejas románticas del sexo opuesto, uno de los mayores puntos fuertes de Life is Strange es la facilidad con la que retrata las relaciones entre personas del mismo sexo, y uno de los ejemplos más notables son Max y Chloe.
A pesar de que la representación LGBTQ es algo que se ha celebrado mucho en los juegos de Life is Strange, parece que Square Enix no quería que ese fuera el centro de atención de la serie.
En un nuevo informe publicado por IGN en el que se profundiza en las dificultades que Deck Nine, el equipo de desarrollo de Life is Strange: True Colors, atravesó internamente durante el desarrollo del juego, se plantean una serie de grandes cuestiones, entre ellas que la C-suite detrás del equipo protegía a los líderes abusivos, se fomentaba el crunch, y los desarrolladores individuales que abogaban por una mayor representación fueron intimidados.
Una de las cosas más sorprendentes que menciona el informe es que Square Enix fue demasiado “intervencionista” con el guión del juego. Según las fuentes del informe, Square Enix era contraria a incluir los diversos temas e ideas en los que se basó Life is Strange, y varios desarrolladores recuerdan que, durante el desarrollo de True Colors, Square Enix dijo que no quería que se pensara en Life is Strange como “el juego gay”.