En un nuevo golpe al bolsillo de los jugadores, Sony ha hecho un aumento en el precio de sus controladores DualSense sin hacer mucho ruido. Esta decisión, que afecta tanto a los modelos estándar como a las ediciones especiales, se suma a los recientes incrementos en el precio de la consola PS5 en algunos mercados.
Los motivos detrás de esta subida de precios se atribuyen a las condiciones económicas globales, marcadas por la inflación y las interrupciones en la cadena de suministro. Sony ha señalado que estos factores han incrementado los costos de producción, obligando a la compañía a ajustar sus precios al alza.
Este aumento de precio ha generado malestar entre los usuarios, quienes ven cómo el costo de jugar en PlayStation se vuelve cada vez más elevado. Muchos jugadores expresan su descontento en redes sociales, criticando la decisión de Sony y cuestionando el momento elegido para implementar este aumento.
A pesar de las críticas, Sony parece decidido a mantener esta nueva política de precios. La compañía justifica esta decisión argumentando que es necesaria para garantizar la sostenibilidad del negocio y seguir ofreciendo productos de alta calidad a sus consumidores.
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