Crear juegos es un gran esfuerzo en grupo y en ocasiones, hay personas que no están de acuerdo a la hora de qué hacer a continuación. Un ejemplo notable proviene de la franquicia Call of Duty, donde Sledgehammer Games tuvo que trabajar convenciendo a sus empleados de que hicieran un juego de la Segunda Guerra Mundial (Call of Duty: WWII) en lugar de una secuela de Call of Duty: Advanced Warfare.
Los fundadores del estudio (Glen Schofield y Michael Condrey) explicaron lo que sucede cuando una parte significativa del personal quiere hacer un juego y el resto quiere hacer otra cosa.
“En Sledgehammer Games, creemos que los desarrolladores tienen que tener pasión por lo están haciendo”, dijo Condrey. “Quieres que dediquen visión y esfuerzo al juego, mientras esperas obtener lo mejor de ellos. Cada título que hemos hecho de Call of Duty, ha pasado por un equipo de votación. No siempre obtienes una mayoría la primera vez, pero tratamos los puntos a favor y en contra mientras vamos resolviéndolos”
Schofield insinuó que sintieron cierta presión creativa para seguir construyendo el mundo que el equipo estableció con Call of Duty: Advanced Warfare.
“Estábamos realmente orgullosos de ese juego. Teníamos que preguntarnos ante la idea de hacer una secuela o volver a la raíces de la franquicia, una decisión que queríamos que correspondiera al estudio”. Mientras que el estudio en su conjunto entró en el proceso de toma de decisiones en gran medida, Condrey señalo que él y Schofield podían tener efecto sobre el resto del personal.
“Esa unión puede realmente llegar al estudio. Es muy importante que vean que estamos detrás de la idea” Finalmente Call of Duty: Advanced Warfare 2 no fue el proyecto seleccionado y el proceso continuó con el hoy conocido Call of Duty: WWII.
