Últimamente, se ha hablado mucho sobre las preocupaciones sobre la violencia en los videojuegos, especialmente con una reunión reciente celebrada por el presidente Donald Trump, en la que parece que se progresó muy poco. Pero hay algunas notas interesantes que han surgido de esta investigación, incluida una que se remonta a 1997, el clásico Goldeneye 007 de Nintendo 64.
Apareció originalmente en el New Yorker, que cubrió el tema de la violencia de los videojuegos extensamente. Pero durante su investigación, habló con Martin Hollis, quien sirvió como parte del equipo de desarrollo en Rare cuando trabajaron en Goldeneye.
En medio de su proyecto, Hollis recibió un fax de nada menos que el legendario Shigeru Miyamoto, responsable de varios juegos clásicos de Legend of Zelda y Mario para Nintendo, entre otros títulos. Echó un buen vistazo al juego mientras estaba en medio de su desarrollo, y lo consideró “trágico” y “horrible”.
De acuerdo, los juegos de disparos en primera persona funcionan en un nivel diferente al de los juegos de aventuras de fantasía típicos, por lo que Miyamoto podría haberlo visto desde una perspectiva mucho más única que la mayoría de nosotros. Pero la sugerencia que vino después fue bastante interesante, por decir lo menos.
Miyamoto propuso que, como parte de la conclusión del juego, los jugadores deberían verse obligados a estrechar la mano de sus víctimas mientras yacían recuperándose en camas de hospital. La idea nunca se implementó, ya que Rare fue con un final más tradicional, similar a lo que la película había hecho en 1995.
Algunas personas han criticado que Miyamoto sugiera tal cosa, pero míralo desde su perspectiva. Él hace los juegos a su manera especial, y, de nuevo, probablemente mira a los shooters en primera persona con una perspectiva muy diferente a la que tenemos la mayoría de nosotros.
Además, habría sido un efecto psicológico interesante en algunos jugadores si estuviese incluido, como “la violencia es mala” o lo que no. Pero podemos ver totalmente por qué Rare no fue con eso, especialmente teniendo en cuenta la audiencia a la que estaba llegando.
De todos modos, es una pequeña nota al pie de la página en medio de esta discusión sobre la violencia en los videojuegos, que seguramente continuará en los próximos meses.
