El eterno debate sobre que los videojuegos pueden generar violencia, puede tener algo de claridad. En un nuevo estudio de la Universidad de Oxford que revela que no existe evidencia sustancial para vincular los videojuegos y la violencia.
Estudios previos sesgados
En el estudio, publicado en Royal Society Open Science, se afirma que es uno de los hallazgos más definitivos hasta la fecha, mientras que como hemos visto en el pasado, se han realizado muchos otros “estudios” para demostrar lo contrario, lo que no solo perjudica a los jugadores, sino a la industria del juego en su conjunto. Esta vez, sin embargo, el profesor investigador principal Andrew Przybylski dijo que “la idea de que los videojuegos violentos impulsan la agresión en el mundo real es muy popular, pero no se ha probado muy bien con el tiempo”.
Los investigadores utilizan el registro previo donde publican sus hipótesis, métodos y técnicas de análisis antes de comenzar la investigación. Esto significa que los datos anteriores no se pueden analizar de nuevo, lo que evita que se produzcan resultados de todo tipo. La coautora del estudio, la Dra. Netta Weinstein, sugiere que en estudios previos, los sesgos pueden haber tenido un papel importante en los hallazgos de los investigadores y, a su vez, han producido resultados engañosos en la comprensión de los efectos de los videojuegos.
Afortunadamente, lo que este estudio muestra es que la investigación de autoinforme no ocurrirá ya que todos los datos deben pasar por la fase de preinscripción que produce resultados más justos.
A pesar de que este nuevo estudio no muestra una conexión directa entre los videojuegos y el comportamiento agresivo en los adolescentes, los investigadores expresaron que los videojuegos pueden incitar sentimientos de ira en los jugadores, hablar mal, la competitividad y el trolleo dentro de las comunidades de juego que podrían calificar como comportamiento antisocial.