El estudio 343 Industries, responsable de la saga Halo desde 2011, atraviesa un momento de cambios radicales. Tras sufrir dos rondas de despidos en el último año, su personal se ha reducido a la mitad, pasando de 500 a solo 280 empleados.
Según fuentes internas, esta situación se debe a una menor confianza por parte de Microsoft en las capacidades del estudio. Como consecuencia, se ha optado por externalizar gran parte del trabajo de desarrollo, una decisión que se ve reforzada por la posible adopción del motor Unreal Engine para futuros proyectos de Halo.
A pesar de los recortes, 343 Industries no se disolverá. En cambio, asumirá un rol de liderazgo y supervisión, similar al que tuvo en Halo Wars 2 (desarrollado por Creative Assembly). Se estima que solo el 30% del personal actual se dedica directamente al desarrollo de videojuegos.
Actualmente, el estudio trabaja en dos nuevos juegos de Halo: una reimaginación del primer juego de la serie (que posiblemente llegue a PlayStation) y Halo 7. Este último apunta a tener un enfoque multijugador con un número significativamente mayor de jugadores, lo que podría ser un vestigio del cancelado proyecto Battle Royale de Certain Affinity.
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Sin embargo, las expectativas de lanzamiento para ambos proyectos son desalentadoras: no se esperan antes de 2026, lo que los ubica dentro de la próxima generación de Xbox. A esto se suma una gestión más restrictiva del presupuesto por parte de Microsoft, ya que Halo Infinite, a pesar de su éxito, no alcanzó las ventas previstas. Esta situación dificulta la contratación de nuevo personal y podría afectar aún más el ritmo de desarrollo.
Con información aún no confirmada oficialmente, el futuro de 343 Industries y de la franquicia Halo se presenta incierto.
