Un nuevo estudio revela que la industria del videojuego está dominada por los juegos “live-service“, como Destiny 2 o Fortnite. Más de 500 estudios alrededor del mundo se encuentran trabajando en este tipo de títulos, que requieren conexión permanente a internet y ofrecen contenido constante a través de temporadas y pases de batalla.
El “Reporte de Desarrollo de Juegos 2023” realizado por Griffin Gaming Partners y Rendered VC encuestó a 537 estudios y encontró que el 95% de ellos está desarrollando o manteniendo un juego “live-service”. Esto significa que la tendencia hacia este modelo se ha consolidado, con un número considerable de estudios dedicados a crear experiencias que se extienden por años.
Las razones detrás de esta preferencia son variadas. El 66% de los estudios encuestados considera que el modelo “live-service” es crucial para el éxito a largo plazo de un juego. Además, este tipo de títulos permite a las compañías generar ingresos constantes a través de microtransacciones, como la venta de skins o pases de batalla.
Sin embargo, hay aspectos que generan preocupación. El desarrollo de juegos tradicionales toma de 2 a 3 años, mientras que los “live-service” pueden superar los 5 años. Esto implica un ritmo de trabajo acelerado para los equipos de desarrollo, que deben generar contenido constante para mantener enganchados a los jugadores.
La otra cara de la moneda es la alta tasa de mortalidad de estos juegos. Muchos no logran la longevidad de títulos como GTA Online o Sea of Thieves, muriendo al cabo de pocos años con una base de jugadores reducida.
En definitiva, la industria del videojuego se encuentra en un momento crucial. La tendencia hacia los juegos “live-service” es evidente, con un gran número de estudios apostando por este modelo. Sin embargo, la sostenibilidad de este enfoque a largo plazo y la calidad de las experiencias que ofrece son aspectos que aún están por verse.