El futuro de Xbox se tambalea bajo el peso de rumores que auguran su desaparición y de sus juegos exclusivos. Las noticias sobre la posible discontinuidad del hardware y la llegada de Starfield a PlayStation 5 han desatado una cantidad de reacciones en las redes sociales, dividiendo a los jugadores entre la resignación y la esperanza.
Algunos pronostican un futuro sombrío, donde la Xbox se convierte en un ente irrelevante frente a PlayStation. Argumentan que la falta de exclusivos atractivos y la apuesta por un modelo centrado en Game Pass condenarán a la marca.
Sin embargo, otros ven en este cambio una metamorfosis, una transformación hacia un ecosistema más abierto y flexible. La desmaterialización del hardware y la expansión a plataformas móviles y PC podrían convertir a Xbox en un servicio omnipresente, accesible para un público más amplio.
«Si todos los juegos acaban en la PS6/PS5 Pro, o lo que venga, habrá pocas razones para comprar Xbox», opinó el usuario de Reddit stikves. «Seamos honestos, el consumidor promedio irá a la tienda y escuchará: ‘tienes la Xbox Next, que juega juegos de Microsoft y algunos multiplataformas; o la PS6, que los juega todos y más’. Sería peor que la Wii U».
En este escenario, la exclusividad deja de ser un factor determinante y la experiencia de juego se define por la accesibilidad y la variedad. La competencia se traslada del terreno del hardware al de la calidad del servicio y la amplitud del catálogo.
Aún es pronto para determinar el destino de Xbox. Lo que sí está claro es que la marca se encuentra en un punto de inflexión, en una encrucijada que definirá su futuro. El tiempo dirá si se trata del fin del camino o del inicio de una nueva era.