Las ventas de las consolas Xbox Series X/S no levantan cabeza, tras meses de especulaciones sobre el futuro de la marca, las cifras del tercer trimestre de Microsoft confirman que las ventas de las consolas de última generación de la compañía han caído un 30% interanual.
La propia Microsoft culpa de este descenso a un «menor volumen de consolas vendidas» durante el primer trimestre de 2024. Esta tendencia ya se había observado el año pasado, cuando la compañía reportó una caída similar en sus ingresos por hardware de Xbox.
Las cifras no son alentadoras: si bien las estimaciones apuntaban a que se habían vendido alrededor de 77 millones de consolas de «novena generación» hasta la fecha, las ventas de Xbox Series X/S se sitúan en torno a los 25 millones, colocándola por delante de la GameCube pero por detrás de la Nintendo 64.
A pesar de la tibia acogida de las nuevas consolas y de la tibia recepción de títulos como Starfield, Microsoft parece decidida a no abandonar el hardware por completo. De hecho, la compañía ha prometido que su próxima consola será el «salto técnico más grande» en la historia de su hardware.
Sin embargo, el futuro de Xbox parece estar cada vez más ligado a un enfoque multiplataforma. El éxito de Sea of Thieves en PlayStation, tras su reciente lanzamiento en la plataforma, sumado a las declaraciones del CEO de Microsoft, Satya Nadella, apuntan en esta dirección. Nadella destacó que Microsoft tiene más juegos entre los 25 más vendidos en PS5 que cualquier otro editor, y afirmó que la compañía está «comprometida a llegar a los jugadores donde estén, ofreciendo grandes juegos a más personas en más dispositivos«.
En definitiva, el futuro de Xbox se presenta incierto. La caída en picado de las ventas de las consolas Series X/S y la tibia acogida de algunos de sus lanzamientos más importantes han puesto en duda la estrategia de Microsoft.