Hoy vengo a compartir observaciones sobre una problemática que ha venido vigente de una manera general en el circuito del gaming en línea competitivo.
Si bien pueden encontrarse rastros de ella en prácticamente todos los servicios en vivo de juegos en línea; hay un juego en específico que se viene mermado por los inconvenientes y consecuencias de la misma. Overwatch.
Como bien he señalado en el tan bien recibido editorial de hace unos meses que puedes leer aquí…
De una u otra manera, la gran mayoría de las problemáticas que una porción masiva de los jugadores de Overwatch señala diariamente, radica en una seria falta de recursos y criterio a la hora de moderar los reportes hechos por los jugadores entre una partida y otra.
Ya sea por negligencias técnicas o el nivel de avaricia mercadológica y psicológica detrás de un sistema para ensamblar partidas que busca, desde lo numérico y lo automatizado, crear forzosamente partidas donde las probabilidades de victoria de cada equipo estén cerca de un 50%; el juego nunca ha logrado los resultados deseados ni las expectativas que buscan crearse para el disfrute y buena convivencia de la base de jugadores dedicada a la que se supone que está dirigido.
De más he hablado de como Blizzard, en un intento por complacer a todo el mundo, termina fomentando un nivel de toxicidad sin precedentes que, por mucho que odiemos admitirlo, viene justificada.
Tenemos un juego super adictivo en donde mucha gente acepta 10 pérdidas consecutivas para llegar a ese momento de dopamina máxima al final de esa partida que sí ganamos.
El meollo de la situación surge en el delicado y frágil momento de justificar las acciones de cada jugador y decidir, dada las parafernalias técnicas de un juego tan intrínseco, quién tiene la tierra alta moral o civil dentro de un malentendido.
En repetidísimas ocasiones vemos un altercado entre un jugador exasperado por el mal desempeño o el comportamiento desdeñoso de otro jugador.
Claro está que las reglas han sido explícitas en torno al mal desempeño de un jugador y el no considerarse una práctica ilegal…
Ahora, ¿Qué sucede cuando este mal desempeño es deliberado o completamente carente de disciplina; en un jugador que está en el rango equivocado por las razones equivocadas?
Cuando uno de los mayores problemas que ha existido en Overwatch, ya sea por la falta de validación personal en una generación y época que ha sido maldecida por la falta de autoestima que fomentan las redes sociales, o por una práctica hecha popular gracias a una escena competitiva paupérrimamente asalariada; es el “account boosting”.
Para aquellos ajenos al término; consiste en prestar cuentas (lo cuál es abiertamente contra los términos y condiciones) a un jugador de mayor nivel para que lleve la misma a un rango competitivo más alto del que puede llegar el dueño original de la cuenta.
Creo que todos los que jugamos en rangos medios y altos podemos recordar situaciones en las que tenemos un compañero (a veces con la audacia de tener perfiles públicos), que hizo un salto rango plata a rango diamante/master a lo largo de una temporada con una tasa de victorias de 90% en uno de los personajes más difíciles de jugar.
Son circunstancias que requieren de poca a ninguna explicación, e identifican cuentas que han sido artífices de prácticas abusivas, prohibidas, y van en deterioro de la calidad de vida general de una escena competitiva inmensa.
Esto, junto a cosas como el smurfing, fueron aquellas que en algún determinado momento se utilizó verbosidad prometedora en pro de eliminarlas; reforzadas por el hecho de que Overwatch 2 se movería al modelo de juego gratuito.
Cosas como el reseteo de rangos y la verificación telefónica obligatoria crearon expectativas ilusamente altas para el bienestar y la integridad de las partidas en el modo competitivo.
Sin embargo, ambas medidas fueron eliminadas a los pocos meses de haberse implementado debido a deficiencias en la ejecución de las mismas, y reacciones negativas por parte de peldaños relativamente pequeños de la comunidad.
La verificación telefónica obligatoria desapareció en el momento que aquellos con teléfonos prepagados no podían activar sus cuentas; mientras que el reseteo de rangos desapareció en el momento que la oscura realidad de un sistema de matchmaking “abiertamente secreto” salió a la luz y crearon consecuencias directas para los rangos más altos del juego.
Los cuales probablemente llevan una vida deprimente y de días extremadamente largos; muy posible que se encuentran cortos en soluciones, explicaciones, o de recursos para poder mitigar las ondas producidas por problemas que deliberadamente no se cortaron de raíz.
Con el lanzamiento de Lifeweaver, el nuevo personaje de soporte que trae un techo de habilidad ridículamente alto, acompañado de habilidades que toman decisiones a nombre de los compañeros; la comunidad se alzó en comentarios negativos de una manera prácticamente mayoritaria, citando la apertura a una nueva ola de “trolleo” dentro de las partidas competitivas.
Ya sea desde la inocencia de un jugador poco experimentado que conoce poco el juego o simplemente no le interesa, o de la malicia proactiva de una persona de poco oficio en una cuenta secundaria…
La realidad es que tanto el matchmaker que permite a jugadores deficientes permanecer en rangos a los que no pertenecen, como la falta de criterio y proactividad dentro del equipo de moderación contribuyen de una manera radical a que estas malas expectativas tomen forma.
Acabo de tener una experiencia que responde a muchas de las incógnitas que tenemos al respecto.
Como el hecho de que realmente existe una falta de personal inmenso en el departamento social de moderación y, peor aún, el trato de los moderadores con los jugadores con los que interactúan deja mucho que desear.
Para contexto, soy jugador activo de Overwatch desde su lanzamiento, y mis cuentas pasaron de estar en rango bronce en mis días primerizos, a llegar a master y grandmaster en épocas donde las tácticas más efectivas favorecieron a los personajes en los que me especializo. Hoy día con armas doradas en TODOS los personajes, incluyendo Lifeweaver.
Es bueno tener en cuenta que la adquisición de un arma dorada equivale a unas 200 victorias en modo competitivo, y al sol de hoy existen 37 personajes. Hablamos de más de 7400 victorias a lo largo de 7 años y miles de horas de juego.
Siendo el compañero más competitivo y bien intencionado que puedas desear. Siempre dispuesto a usar los comunicadores para compartir información, crear estrategias, dar sugerencias constructivas, o habilitar a aquellos compañeros que no estén teniendo la mejor de las partidas a que compensen sus fallos.
De repente, a principio de semana mi cuenta aparece con una suspensión inexplicada de 2 semanas, sin advertencias previas de ningún tipo, ni muestra de pruebas.
A lo que procedo a, como todo jugador normal y sin hacer uso abusivo de mi estatus como creador de contenido, a llenar un formulario de apelación que, más de 24 horas luego, sólo obtuvo como respuesta un mensaje que, si realmente lo envió una persona, lo copió de una libreta de notas.
El mensaje iba en palabras de que el caso se analizó y la decisión no cambia. Sin más ni menos.
Una cuenta de 7 años de edad y en posesión de cosméticos invaluables fue suspendida sin advertencia previa por un período de 2 semanas por lo que, hasta donde he visto, puede ser una de dos cosas. Reportes masivos de un grupo de jugadores, o el capricho de un moderador al cuál le importa poco su trabajo.
¿Será así de pobre el trato que le dan Blizzard y Activision como compañías a sus empleados, reforzando aquellos rumores de maltrato laboral de hace unos años…?
¿Será que los moderadores son centros de servicio al cliente subcontratados en países subdesarrollados donde, el salario no motiva ni a darle a un usuario de buen historial una explicación concisa?
¿O será que el equipo de moderación está siendo tan mal compensado que su trabajo se limita a cumplir un cierto número de interacciones con tickets de soporte al día; sean estas buenas o malas?
¿O será que, asumiéndolo de la manera más segura, aquellos recortes de personal dentro de Blizzard dejaron al equipo de moderación en completa impotencia y sin habilidad de imponer orden y ser transparentes con una comunidad a la que nunca se la ha dado la sinceridad respetuosa que merece…? ¿Ya que aún seguimos con un problema tajante de cuentas “boosteadas”, “trolling” y “smurfing” malicioso que parece no tener fin?
Tomen esto como lo que gusten… Crítica constructiva, comentario ante una situación en la que se muestra lo poco que vale el tiempo y el esfuerzo de un jugador en un juego que pretender ser inclusivo y complacer a todos, o el berrinche de un creador de contenido molesto que se levantó esta mañana y eligió la violencia.
Esta fue una experiencia que quise compartir y que deseo tengan en mente la próxima vez que se pregunten si realmente vale la pena la inversión de tiempo y pasión que requiere cualquier juego de Blizzard.
Me despido.
This post was last modified on 25/04/2023 11:39 AM
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