Para que un videojuego pueda ser considerado tal, requiere básicamente de un display de datos que interactúen con el usuario de alguna forma, en palabras más sencillas: imágenes y controles. Sin los controles los videojuegos no tienen razón de ser y la evolución de estos va ligada profundamente a la historia y desarrollo de la industria.
Hablar del origen de los videojuegos es trasladarnos hasta 1962 con el primer juego de computadora creado… Pero no vamos a hacer eso, porque en aquel entonces no existían ni siquiera los teclados o siquiera las computadoras personales. En lugar de eso vamos a enfocarnos en los controles que verdaderamente llegaron a nuestras manos —o manos de nuestros padres porque la verdad no somos tan viejos—.
Atari Home Pong console
En la primera generación de consolas caseras no existían realmente una variedad muy grande de juegos y de la misma forma la jugabilidad era limitada. La mayoría de las consolas genericas que aparecieron en los 70’s no tenían siquiera botones, operaban con perillas análogas.
Atari 2600 Joystick
A pesar de cumplir ya 40 años, el Joystick del Atari 2600 se ha mantenido como un símbolo atemporal de los videojuegos. Incluso si jamás jugaste con uno de estos, el Joystick es respetado y reconocido por todos.
Sega Genesis controller
En 1993, Sega le declaró la guerra a Nintendo con una muy pesada campaña publicitaria —Genesis does what Nintendon’t—, pero no pudo cumplir su promesa salvo en un sentido. El control del Sega Genesis fue el primero en mostrar un diseño ergonómico, cómodo y suave. Fuera de eso sus 3 botones alineados no sorprendieron a nadie.
Dreamcast controller
El Dreamcast es esa consola que todo el mundo añora pero que nadie compró en su momento y dejaron morir en el olvido. La última consola de Sega antes de salirse del negocio del hardware traía consigo uno de los controles más raros que hayamos visto. Con un diseño grande y pesado, lo que más resaltaba era la pequeña pantalla de la memoria visual… ¿Dónde hemos visto eso recientemente?
NES Controller
En la mitad de los años 80, el mundo sufrió una fuerte crisis de originalidad y los videojuegos estuvieron a punto de desaparecer como industria de no ser por Nintendo y el legendario NES.
El control del Nintendo Entertainment Systems aún hoy es elogiado como uno de los mejores. Su simpleza es brillante e introdujo un elemento que todos los controles de consolas posteriores han utilizado, el D-pad —osea la cruz esa—.
Wii Mote & Nunchuck
Cuando llegó el Wii muchos jugadores quedaron escépticos y decepcionados por el “retroceso” que implicó para ellos este mando con forma de control para televisión. Quizás a los hardcore gamers no les gustó, pero Nintendo logró que el motion gaming fuera algo real… Al menos por un rato.
Dualshock 2 / Dualshock 4
La marca Sony PlayStation ha tenido tanto éxito desde su primera consola que no ha tenido necesidad de renombrar sus consolas, simplemente le agrega un número de acuerdo a la secuencia y listo, lo mismo pasa con sus controles. Mientras que el Dualshock 1 es una copia en cuanto a funciones de otros controles, el Dualshock 2 es una obra maestra en todo sentido. El diseño de este control es tan bueno que permaneció casi intacto en la siguiente generación y para la llegada del PlayStation 4, su control simplemente se volvió más refinado y agregó un touchpad que francamente casi no usamos.
Xbox 360 controller
El primer control de la primera consola de Microsoft era horrendo. Pero para la llegada del Xbox 360, la compañía había aprendido lo suficiente para diseñar uno de los controles más populares y cómodos que han existido, sus puntos negativos incluyen quizás esos bultos traseros enormes dónde iban las baterías de sus versiones inalámbricas.
Xbox One Elite controller
Si bien el control del Xbox One por sí mismo es bonito y funcional, la verdadera novedad la encontramos en el control “Elite” una versión no sólo más resistente y precisa, sino además personalizable para que cada jugador lo configure a su antojo. Este control nace de la creciente necesidad de controles para jugadores profesionales y la verdad es una pasada.