Después de meses de incertidumbre y frustración por parte de los usuarios, Intel ha anunciado oficialmente que ha logrado resolver los problemas de estabilidad que afectaban a sus procesadores de 13ª y 14ª generación. La compañía ha confirmado que la última actualización de microcódigo, la 0x12B, es la solución definitiva y que no se necesitarán más parches.
La raíz del problema se encontraba en un error en el microcódigo de los procesadores que provocaba inestabilidad al solicitar voltajes excesivos en determinadas circunstancias. Intel ha identificado y corregido este error en cuatro fases, siendo la última la implementación del microcódigo 0x12B, que engloba todas las soluciones anteriores.
Con esta actualización, los usuarios de los procesadores afectados podrán disfrutar de un rendimiento estable y confiable. Sin embargo, para aquellos que ya hayan experimentado problemas, Intel recomienda ponerse en contacto con el servicio de atención al cliente para solicitar un reemplazo de su CPU.
Los usuarios finalmente podrán tener mejor estabilidad y no necesitarán más actualizaciones fastidiosas.
Es importante destacar que esta solución solo aplica a los procesadores de 13ª y 14ª generación. Intel ha asegurado que las futuras generaciones de procesadores, como la serie Core Ultra 200, no estarán afectadas por este problema.