Recientes aclaraciones sobre la rentabilidad de Xbox Game Pass han revelado que Microsoft no incluye en sus cálculos los ingresos perdidos por los juegos de sus propios estudios al evaluar la rentabilidad del servicio. Sin embargo, fuentes cercanas aseguran que, incluso contabilizando este factor, la suscripción sigue siendo financieramente viable.
El debate surgió cuando Christopher Dring, cofundador de The Game Business, explicó en Twitter que los costos operativos de Game Pass cubren «pagos a terceros, marketing y mantenimiento del servicio«, pero excluyen específicamente «la caída en ventas que experimentan los títulos first-party de Xbox por estar incluidos en el catálogo«. Esta revelación inicial generó dudas sobre la sostenibilidad real del modelo.
No obstante, Dring aclaró posteriormente que, según sus fuentes, Game Pass mantiene su rentabilidad incluso después de considerar estas pérdidas indirectas. Detalló que, en una consulta realizada hace 18 meses, Microsoft le confirmó que los juegos first-party tienen su propia contabilidad separada, ya que generan ingresos adicionales a través de DLC y microtransacciones.
Aunque este enfoque ejerce presión sobre los márgenes de beneficio de los estudios internos, las mismas fuentes aseguran que el servicio compensa holgadamente estos efectos. «Incluyendo tanto la reducción en ventas unitarias como el impacto en transacciones dentro del juego, Game Pass sigue siendo rentable», afirmó Dring, cerrando el debate con un optimista: «¡Eso es una buena noticia!«.
Este análisis refuerza la viabilidad del modelo de suscripción de Xbox, aunque subraya los desafíos únicos que enfrentan sus estudios al equilibrar la disponibilidad en Game Pass con otras vías de monetización.