La investigación fue realizada por la Dra. Rachel Kowert, directora de investigación de la organización de salud mental Take This. El objetivo del estudio era crear conciencia sobre la salud mental en la industria de los videojuegos, centrándose especialmente en cómo las comunidades tóxicas afectan el éxito comercial y financiero de un juego, así como la salud mental de los fanáticos y jugadores. Según
informa eXputer, la Dra. Kowert confesó, de manera poco sorprendente, que “las comunidades tóxicas de los videojuegos no solo son perjudiciales para la salud de la comunidad, sino que también son perjudiciales para los resultados financieros” del videojuego.
Además, se evaluó que el 60% de los jugadores afirmaron haber abandonado una sesión o partida simplemente porque fueron objeto de odio o acoso por parte de otros jugadores, una mayoría impactante. Otro 70% de los jugadores afirmaron que evitarían ciertos juegos debido a esta misma razón. Para los jugadores de entre 13 y 25 años, el estudio encontró que gastaban un 54% más al mes en juegos considerados “no tóxicos” que en aquellos clasificados como “tóxicos”.
La Dra. Kowert agregó que estos juegos se benefician financieramente al fomentar comunidades seguras y positivas. Además, una estadística reveló que seis de cada diez jugadores informaron que habían decidido no gastar dinero en un juego específicamente debido a su toxicidad. Curiosamente, se descubrió que los jugadores masculinos informaban más cambios en sus gastos debido a las comunidades tóxicas en comparación con las jugadoras femeninas, a pesar de que se encontró que las jugadoras femeninas experimentaban el abuso más tóxico.