Famicom Detective Club es una serie de videojuegos de aventura narrativa, desarrollada y publicada por Nintendo para Family Computer Disk System. Se lanzó un primer juego en 1988 llamado The Missing Heir, y luego una precuela lanzada al año siguiente titulada The Girl Who Stands Behind. Cosechó cierto éxito y se lanzó un tercer título llamado BS Tantei Club: Yuki ni Kieta Kako. Ya en 2021 se lanzaron dos remakes para Switch.
Ahora, tras 27 años de ausencia, se lanza un cuarto juego llamado Emio – The Smiling Man: Famicom Detective Club. Siendo un juego de terror que se destaca por su enfoque en la tensión y la exploración de la psicología del miedo. Realmente, no es terror sobrenatural como tal, más bien temas de asesinatos de leyendas urbanas de Japón con atmósfera inquietante.
Emio – The Smiling Man toma lugar en Japón, tras lo que parece el asesinato de un estudiante de secundaria llamado Eisuke Sasaki que fue estrangulado fuera del pueblo. Este crimen está vinculado a una leyenda urbana de un asesino en serie llamado Emio hace 18 años y que usa una bolsa de papel con una sonrisa dibujada sobre sus víctimas.
En la historia del juego, se dice que el Hombre Sonriente ofrece a las niñas que lloran una bolsa de papel con una sonrisa dibujada a cambio de sus vidas. El protagonista es un joven investigador privado asistente de la Agencia de Detectives Utsugi, está trabajando con la policía para investigar este asesinato.
La historia de “The Smiling Man” se desarrolla en un entorno urbano que, aunque familiar, se torna inquietante a medida que avanza el juego. La narrativa se centra en el protagonista que se encuentra en situaciones que desafían su percepción de la realidad. Como es de esperar, viviremos una trama que mezcla lo cotidiano con lo macabro. El personaje de Emio, cuya sonrisa enigmática es tanto un símbolo de atracción como de terror, sirve como un catalizador para la angustia psicológica del protagonista.
A nivel de historia, la trama se desarrolla por capítulos y es lo que se puede esperar de un juego basado en la narrativa. Los amantes del género no tendrán nada de que preocuparse y les resultará interesante. Pero al ser muy lineal, no tendremos opciones de diálogo alternas u otra perspectiva de los acontecimientos.
La jugabilidad de The Smiling Man se desarrolla como una novela visual, donde nuestras acciones están determinadas por una serie de opciones de diálogo que debemos agotar, como pedir observaciones, mostrar algo, hacer preguntas, pensar nuestro siguiente paso, revisar notas, etc. Es una mezcla de exploración y resolución de acertijos, con una mecánica que prioriza la atmósfera sobre la acción. Los acertijos, suceden al final de cada capítulo ya sea en forma de preguntas de opción múltiple o escribiendo una palabra que falta.
A menudo, el juego requiere que constantemente estemos leyendo y repasando notas para saber que hacer a continuación. Sin embargo, resulta muy lineal y nuestras elecciones siempre convergen en un mismo punto, sin apenas sorpresas. Además, muchas veces estaremos perdidos sin saber que hacer, lo que puede ser frustrante cuando en realidad debemos encontrar una pista o escoger la palabra adecuada y esta no aparece.
El diseño de niveles está elaborado para fomentar la investigación mediante un puntero, pero se quita la exploración hasta bien avanzada la aventura. En lugar de luchar, el jugador debe descubrir quien es el “Hombre Sonriente”, lo que transforma cada encuentro en una prueba de ingenio, tensión y nervios. La presencia de este enemigo es lo mejor que ofrece el juego, pero poco más. Al contar con un único final, se pierde el factor rejugable, lo que hubiera sido genial, teniendo en cuenta su duración de 10 horas.
El diseño visual de Emio – The Smiling Man es uno de sus puntos más destacados. Es una mezcla de ilustraciones con modelados de personajes en 3D, aunque semi-estáticos. Los gráficos, aunque simples, son eficaces en la creación de un ambiente perturbador. Los colores oscuros y los contrastes generan una atmósfera inquietante, mientras que las animaciones de los personajes, cuando se mueven (lo poco que lo hacen), son fluidas.
El apartado sonoro complementa la estética del juego. La banda sonora es sutil, creando un telón de fondo que acentúa la tensión. Habrá sonidos ambientales como pasos distantes o susurros, que se entrelazan con la música para crear un efecto que perturba. Cada sonido se convierte en un indicador del estado emocional del protagonista, haciendo que cada decisión sea aún más pesada y significativa.
Emio – The Smiling Man es un juego algo escueto y lineal en su propuesta en el que su jugabilidad está diseñada para fomentar la exploración y la evasión, pero tiene muy poca interactividad. Tiene un mejor apartado visual, mezcla entre entornos 2D y modelados semi-3D. Lo que destaca es su villano que se nos muestra en principio como amigable con intensiones ocultas. Su ambientación fomenta que el jugador esté tenso, pero nada que nos vaya a hacer salir corriendo de nuestros asientos.
Nota: Este review fue realizado para Nintendo Switch y la copia fue cedida gracias a Nintendo.
Los rumores sobre un posible regreso de Bully, el clásico juego de Rockstar ambientado en…
La última actualización de Call of Duty: Black Ops 6 ha traído consigo una serie…
El Desarrollador de Black Myth: Wukong han dejado entrever que tienen grandes planes para el…
La comunidad de League of Legends ha expresado su descontento luego de descubrir que Netflix…
La polémica elección de Nico Parker para interpretar a Astrid en la adaptación de "How…
Después de meses de controversia y acusaciones cruzadas, el enfrentamiento legal entre el actor Jonathan…