A menos de tres años de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, el Comité Olímpico y Paralímpico de EE.UU. (USOPC) ha modificado sus normativas para alinearse con la orden ejecutiva de Donald Trump que prohíbe la participación de mujeres transgénero en categorías femeninas.
El cambio, introducido el 18 de junio en su «Política de Seguridad para Atletas» y publicado esta semana, no menciona explícitamente la palabra «transgénero», pero establece que garantizará «entornos competitivos seguros y equitativos para mujeres, en cumplimiento de la Orden Ejecutiva 14201 y la Ley Ted Stevens».
La medida refleja la orden firmada por Trump en febrero de 2025, conocida como «No Men in Women’s Sports», que argumenta ventajas físicas por niveles de testosterona en mujeres trans. También afecta a atletas con trastornos del desarrollo sexual (DSD), obligándolas a someterse a pruebas y tratamientos supresores de testosterona, una práctica criticada por deportistas como Caster Semenya, quien la calificó de «deshumanizante y discriminatoria».
La decisión excluiría a las atletas transgénero (menos del 10% de los 530,000 miembros de la NCAA) de competir en 2028. Además, EE.UU. presionará al COI para adoptar reglas similares, pese a que actualmente el organismo permite su participación bajo criterios que eviten ventajas competitivas. Con Trump aún en la presidencia, el país buscará influir en la política olímpica global antes del evento.
Mientras grupos conservadores celebran la medida, organizaciones LGBTQ+ y defensores de derechos humanos la consideran un retroceso.
El COI, que en 2022 actualizó sus pautas hacia un enfoque «inclusivo pero basado en evidencia», enfrentará presiones para revisar su postura. Los Ángeles 2028 podría marcar un precedente divisivo en el deporte internacional.