Deck Nine, el estudio responsable de la serie Life is Strange, se encuentra bajo fuego tras una investigación que revela un ambiente laboral plagado de toxicidad, acoso, discriminación y liderazgo abusivo, en un reportaje hecho por IGN.
Las denuncias, realizadas por empleados actuales y ex-empleados, apuntan a una profunda desconexión entre los valores inclusivos que se promueven en los juegos de Life is Strange y la realidad del estudio.
Se mencionan casos de acoso sexual, transfobia, microagresiones y bullying, incluyendo un incidente con un programador senior que agredía verbalmente a mujeres del equipo. La gerencia, en lugar de tomar medidas disciplinarias, simplemente reubicó al programador para evitar que sus gritos se escucharan.
El equipo narrativo, considerado uno de los más diversos del estudio, también sufrió discriminación por parte de la empresa en general, con especial énfasis en el exdirector creativo Zak Garriss. Se le acusa de reprimir a quienes no compartían su visión creativa, especialmente a aquellos que abogaban por una representación más auténtica de personajes diversos.
Garriss niega las acusaciones y argumenta que el equipo narrativo era inflexible y que el juego True Colors estuvo en riesgo de cancelación por su bajo rendimiento. Sin embargo, varios empleados refutan esta versión y señalan que Garriss era reacio a escuchar críticas y modificar aspectos problemáticos del guion.
La gerencia de Deck Nine, lejos de actuar con responsabilidad, ha ignorado las quejas y hasta ha intentado reintegrar a Garriss a un nuevo proyecto. Esta decisión provocó la renuncia de varios escritores, evidenciando la falta de compromiso con un ambiente laboral sano y respetuoso.
La investigación pone en tela de juicio la ética y la responsabilidad social de Deck Nine. Es necesario que el estudio tome medidas contundentes para erradicar la cultura de toxicidad y garantizar un espacio de trabajo seguro e inclusivo para todos sus empleados.