Jeroen Domburg ha diseñado el Game Boy más pequeñó del mundo con una impresora 3D, un microcontrolador ESP32 y una diminuta pantalla LED en color. Aunque la comodidad del dispositivo pueda estar en cuestión, nadie podrá negar su utilidad portable, capaz incluso de llevarla en el bolsillo colgada de un llavero, tal y como apunta su creador.
Como verás en el siguiente vídeo, y pese a que la ergonomía no es su mayor virtud, la consola es capaz de reproducir cualquier videojuego clásico. No obstante, a falta de que Nintendo fabrique cartuchos de tamaño minúsculos, Domburg ha tenido que descargar los juegos de la red y ejecutarlos a través de un emulador para Game Boy integrado en la máquina.
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