Dean Hall, creador de DayZ e Icarus, rompió el silencio con una crítica feroz contra Valve y su sistema de monetización en Counter-Strike 2. En entrevista con Eurogamer, Hall calificó las cajas de botín y el mercado de skins como “mecánicas de apuestas” disfrazadas de personalización. “Estoy sinceramente repugnado. Estas prácticas no tienen absolutamente ningún lugar en los videojuegos”, declaró.
Valve permite el intercambio de skins de alta calidad por objetos como cuchillos y guantes, alimentando un mercado multimillonario que, según Hall, se comporta como un casino encubierto. “Valve no recibe ni de lejos las críticas que merece”, insistió, comparando su impunidad con la de otras compañías que sí han sido señaladas por sistemas similares.
Hall lanzó un reto directo a la industria: “Si creen que esto no es un problema, que entreguen los datos a las universidades que están desesperadas por estudiarlo”. Para él, el silencio cómplice de los desarrolladores solo perpetúa un modelo que normaliza la adicción y el gasto compulsivo entre jugadores jóvenes.
Mientras Valve sigue vendiendo cajas como si fueran cromos, Dean Hall exige que se les trate como lo que son: apuestas. Porque el juego, según Hall, ya dejó de ser solo entretenimiento. Ahora también es un negocio turbio.