Existen mezclas de géneros de juegos muy locas, y luego está Battle Train. Intento describirlo como un Roguelike, de creación de mazos de cartas, construcciones de trenes explosivos que tiene lugar dentro de un show de TV. Pues eso es lo que nos han dado los chicos de Terrible Posture Games, que ojo, no confundir con Monster Train de otro desarrollador.
Que empiece el show
Battle Train, según este universo, es un exitoso programa de TV que presenta un concurso en el que los participantes deben construir un tren capaz de vencer al Presidente Conductor Aalvado, Duque de la Demolición y Almirante del Diésel y el Vapor y otras sartas de títulos más. Un despreciable alemán con ínfulas de superioridad campeón del show por más de 30 años. Veremos una serie de personajes, cada uno más excéntrico qué el anterior, y al ser escenas de animaciones, pareciera que disfrutamos de una caricatura para adultos jóvenes.
El desarrollo de la trama se presenta como si de un documental de la vida del Duque se tratara, dando un giro único a la forma de contar la historia. Como vendría a ser lo normal, uno tiende a pensar que la historia no tiene importancia, pero claro que si la tiene. Para empezar, desbloquear nuevas escenas a medida que avanzamos en el juego, es la forma de progresar y de no sacar nuevas escenas puede ser un retroceso. Esta fórmula es un poco engorrosa, aunque la historia puede ser divertida. El problema es que los personajes jugables son generados y escogidos al azar, y no se termina de empatizar con ellos.
El juego consiste en un tablero de casillas qué puede variar de partida a partida, cuyo objetivo es que, a través de cartas ir conectando las vías de tren hasta la base enemiga. Cada estación tiene un número que indica la «salud» y una vez conectadas las vías, podemos enviar un tren kamikaze hasta hacerlas explotar. Sin embargo, tenemos un número de movimientos limitados qué podemos gestionar, ya sea consiguiendo minerales o con algunas habilidades pasivas. Por el mapa están distribuidas menas de minerales con las que podemos alargar nuestro turno y debemos gestionar nuestros movimientos, de manera que debemos decidir si apuntar a la base enemiga o conseguir más movimientos.
Contamos con cartas de habilidades que nos ayudan a potenciar nuestro tren u obstaculizar el progreso enemigo. Por ejemplo, existen unas cartas de bombas qué sirven para eliminar tramos de las vías del tren, ralentizando así el posible ataque enemigo. Además, es posible conectar con las vías que el enemigo está construyendo para usarlas en su contra. Son muchas las posibilidades jugables, si sabemos como hacer nuestros movimientos correctamente. Sin embargo, el enemigo puede hacer uso de todas esas ventajas y la CPU es muy implacable, sobre todo en las primeras horas de juego.
Como todo Roguelike, cuando superamos fases, tendremos que elegir una de entre varias ventajas, ya sea nuevas cartas para nuestro mazo o cartas de habilidades. Mientras más rara la carta, más útil nos puede ser a lo largo de las partidas. Además, es posible modificar las prestaciones de nuestros trenes, pero para ello debemos derrotar a los jefes de cada nivel. Y no son un paseo por el parque.
Sin embargo, el juego tiene algunos fallos que pueden empañar la experiencia jugable. Empezando con que no se puede abandonar una partida bajo ninguna circunstancia. Es decir, se puede suspender para luego retomar más tarde, pero si estamos teniendo una mala partida, habrá que terminar si o si la misma. También, como había dicho, el juego tiene una curva de dificultad elevada en las primeras partidas. Otro detalle es que la estructura basada en desbloquear escenas de la trama, hará que nos estanquemos hasta haber desbloqueado, el nodo de la historia correspondiente.
Gráficamente, el juego se presenta como si de un programa de animación en 2D se tratara, en el caso de las escenas de la historia; y en pixel-art para el gameplay. Tiene algunas animaciones como explosiones y destrucción, que, aunque no parezca se ven geniales. En cuanto a la banda sonora, tal como dije, sentiremos que es una caricatura de sábado por la mañana, que cuenta con un buen trabajo de doblaje de voz.
Veredicto
Battle Train es una extraña mezcla de géneros del tipo roguelike, construcción de mazos, estrategia en tablero e impulsado por la narrativa que a veces funciona, pero que no está exento de fallos. Su trama que simula un show de televisión animado es la base principal, incluso a nivel jugable, presentando así una forma de progresión del título. Las mecánicas de juego ofrecen una profundidad con una gestión de recursos que obligan a ir aprendiendo sobre la marcha y que se siente divertida, por momentos. No obstante, Battle Train tiene una curva de dificultad brutal que puede resultar frustrante para jugadores menos familiarizados con el género, y su estructura de progreso dependiente del desbloqueo de escenas puede cortar el ritmo. La imposibilidad de abandonar partidas en curso también se siente como una limitación innecesaria. Sin embargo, a pesar de estos puntos de mejora, es una experiencia es una experiencia original y disfrutable si es que perdonamos sus falencias.
Nota: Este review fue realizado para Nintendo Switch 2 y el código proporcionado gracias a Bandai Namco.