Unity, la empresa de desarrollo de videojuegos, se vio forzada a cerrar sus sedes en San Francisco y Austin el jueves pasado debido a una amenaza de muerte creíble. Esta situación surge en medio de la continua controversia generada por sus polémicas tarifas de instalación.
Según informes de Bloomberg, Unity tomó medidas inmediatas y proactivas para garantizar la seguridad de sus empleados, quienes son su máxima prioridad. Un portavoz de la compañía declaró a IGN: “Hoy nos hemos enterado de una posible amenaza para algunas de nuestras oficinas. Estamos cerrando nuestras oficinas hoy y mañana, que podrían ser posibles objetivos de esta amenaza, y estamos cooperando plenamente con las autoridades en la investigación”.
La amenaza surge después de varios días de intensas críticas hacia la nueva política de precios de Unity. Esta política implicará que los desarrolladores de juegos paguen una tarifa de $0.20 por cada nueva instalación después de alcanzar las 200,000 unidades. Los desarrolladores han expresado importantes preocupaciones sobre esta política, señalando problemas con el conteo de instalaciones y otros inconvenientes, e incluso amenazando con cambiar de motor o eliminar por completo sus juegos.
Algunos de los juegos de Unity que podrían verse afectados incluyen Genshin Impact, Pokemon Go, Hollow Knight: Silksong, Cult of the Lamb y Among Us. Los desarrolladores detrás de Cult of the Lamb, Among Us y Rust 2 han sido especialmente vocales en su descontento.
Unity ha realizado aclaraciones y retrocesos parciales en su política, indicando que los paquetes de caridad y los juegos de Game Pass estarán exentos. Sin embargo, afirman que el 90 por ciento de sus clientes no se verán afectados.
Si Unity no cambia de rumbo, la nueva política entrará en vigor el 1 de enero de 2024.
