El anuncio de Ghost of Yotei, la esperada secuela de Ghost of Tsushima, ha desatado una ola de controversia que va más allá de la emoción por un nuevo videojuego. Erika Ishii, la actriz que presta su voz y movimiento a la protagonista Atsu, se ha convertido en el blanco de un intenso acoso en línea.
La comunidad de jugadores, que en su mayoría esperaba con ansias la nueva entrega, se ha dividido ante la elección de una protagonista femenina y que la actriz que la interpreta es de género fluido. Un sector de los fans ha expresado su descontento de forma violenta, atacando a Ishii a través de redes sociales con insultos y comentarios transfóbicos, los cuales se centran principalmente en que Ishii se identifica como no binaria, específicamente en que puede ser nombrada con todos los pronombres.
La actriz, visiblemente emocionada por su participación en el proyecto, ha compartido su entusiasmo en redes sociales. Sin embargo, esta alegría se ha visto empañada por las agresiones recibidas. “Yo soy el fantasma de Yotei”, expresó Ishii en X/Twitter, revelando la profunda conexión que siente con el personaje.
Ante esta situación, Shawn Layden, exjefe de PlayStation, ha salido en defensa del juego y de la actriz. En un mensaje claro y conciso, Layden ha recordado que los videojuegos son, ante todo, una forma de entretenimiento y que cada jugador tiene la libertad de elegir si quiere disfrutar de ellos o no.
I’ve dreamed of this my entire life. But I still can’t believe I’m part of art like this.
I am the Ghost of Yōtei. https://t.co/W07Sy1jKEW
— Erika Ishii (@erikaishii) September 24, 2024
why do they fill everything with lgbt weirdos
— Rose. (@9Yxngz) September 25, 2024
https://twitter.com/Little_StarSeed/status/1839284823711691002
La polémica en torno a Ghost of Yotei pone de manifiesto un problema cada vez más preocupante en la comunidad.
Es importante recordar que los videojuegos son un medio de expresión artística y que los creadores tienen todo el derecho a contar las historias que quieran. Los jugadores, por su parte, deben ser respetuosos con las decisiones de los desarrolladores y evitar cualquier tipo de acoso o discriminación.